Sin duda uno de los look más difícil de
llevar, a no ser que tengamos un cuerpo de modelo, son los bikinis y bañadores.
Las prendas para el baño tapan poco y
dejan al descubierto esas partes de nuestro cuerpo que menos nos gustan de
nosotros mismos, los complementos son
muy básicos, y no cumplen con el objetivo de llamar la atención sobre ellos, para evitar las miradas de aquello que
queremos disimular.
Pero siempre podemos encontrar algunos trucos para llevar el traje de baño con mucha elegancia. y que eso que no queremos enseñar, pase a un segundo plano.
Lo primero es elegir entre el bañador o
bikini, el primero es más elegante y sofisticado, tapa más, pero nos echa años
encima, con el bikini nos veremos más sexys y juveniles, pero dejara más zonas
de nuestro cuerpo al descubierto. Lo ideal es combinarlos, por la mañanas el
bikini para tomar el sol, y por las
tardes el bañador, que acompañado del
vestido playero será ideal para tomar algo en la playa al caer la tarde.
Los colores son fundamentales, debemos detenernos
en este punto y elegir el que mejor nos siente, y no el que más nos guste, en
muchas ocasiones nos decantamos por el color preferido y no es el más adecuado
a nuestro tono del piel, también debemos saber
que nuestro tono de piel irá tomando un color más oscuro, a medida que avance el verano.
Las texturas y los adornos son elementos muy llamativos, que podemos utilizar siempre que no sea en exceso. Las
lentejuelas se han convertido en un básico para estas prendas, y será fácil encontrar el modelo que más se
ajuste a nuestro cuerpo. También los broches son una buena opción como
adorno.
En esta ocasión os presento modelos con
textura drapeado, poco visto para
prendas de baño, que seguro que atraerán
muchas miradas.
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